“Un político ignorante se vuelve peligroso."
Arturo Pérez Reverte
Cuando las líneas políticas son difíciles de trazar porque es el capitalismo financiero el que determina categóricamente las pautas de actuación de nuestros representantes, no queda más remedio que echar mano del discurso fácil, populista y polémico para dar la impresión de que se está haciendo algo por la ciudadanía. Es también a lo que nos tienen acostumbrados los medios: polémica sin contenido, sin debate real, sin ideas, sin pretender cambiar en el fondo el estatus quo de las cosas. Son los funcionarios de la polémica.
La huida hacia delante de algunos políticos cuando adolecen de recursos para cumplir sus hinchadas promesas electorales (y no estamos hablando de los recursos económicos precisamente) desencadena una actitud combativa. Ya lo decía también el escritor: “la ignorancia es muy atrevida”.
Ante la falta de ideas, de herramientas de gestión, ante la falta de perspectiva más allá de las próximas elecciones, saca pecho. Ante un panorama económico desastroso a nivel nacional, una sociedad sumida en el descontento con todo lo institucional y un electorado en su mayor parte en situación precaria y sediento de las prometidas recompensas, lo que toca es echar balones fuera y, ya no culpar, sino criminalizar al que se tiene más cerca.
