03 octubre 2010

Editorial - octubre 2010

José López Montes

Esta edición del Bermellón está dedicada monográficamente a presentar al cabeza de lista de la nueva candidatura que Izquierda Unida presentará a las próximas elecciones municipales del año próximo.

Aunque Juan Miguel es bien conocido por los vecinos de este pueblo, no hemos querido desaprovechar la oportunidad de mostrar más de cerca cuáles son las razones, las motivaciones y las ilusiones que hay detrás de una decisión tan comprometida y valiente como la que supone postularse para un servicio a la comunidad que en muchas ocasiones es ingrato e injustamente valorado.

En la difícil coyuntura económica y social del Estado, la nueva etapa que se abrirá en Benalúa al finalizar los años de gestión de Juan Hidalgo será clave para abrir nuevos horizontes y superar la actual situación.

Presentamos una entrevista a Juan Miguel Gómez, y un breve perfil que da cuenta de su trayectoria profesional, política y humana.

La Asamblea Local de IU-LV-CA de Benalúa elige a Juan Miguel Gómez como candidato a la Alcaldía de Benalúa



El día 29 de septiembre de 2010, en Asamblea Extraordinaria, la Asamblea Local de Izquierda Unida de Benalúa acordó por unanimidad ratificar y apoyar la candidatura a la Alcaldía presentada por Juan Miguel Gómez Gómez.

La aprobación de esta candidatura fue avalada por la presencia de Juan Hidalgo, actual Alcalde de Benalúa, Manuel Ortiz, candidato de IU a la Alcaldía de Guadix, y Pedro Vaquero, parlamentario andaluz.

Juan Miguel Gómez, candidato a la Alcaldía de Benalúa



Juan Miguel Gómez Gómez nació en 1961 en Benalúa, de donde eran también sus padres y abuelos. Pasó toda su infancia en Benalúa y siempre lo recuerda como el periodo más feliz de su vida.

Como muchos jóvenes de su generación fue al instituto a Guadix y posteriormente a la Universidad de Granada, donde cursó estudios en Ciencias Geológicas. Joven con muchas inquietudes, va ampliando su formación en otras materias que también desde muy joven le atraían: temas políticos, sociales, filosóficos o religiosos, así como una formación linguística centrada sobre todo en el inglés y practicada en los diferentes viajes que realiza dentro y fuera de España. Son años que transcurren en Granada, Barcelona, Madrid, Japón...

Se casa y decide instalarse en Benalúa, donde también nacen y crecen sus dos hijos.

Trabaja como coordinador o director en distintos programas de carácter social relacionados con la formación y el empleo. Son proyectos ligados a la administración local, la autonómica o la europea. Entre otros, participa como coordinador del Proyecto Integra para jóvenes que implanta en Benalúa e Iznalloz. También es coordinador de un Plan de Choque para la Zona Norte de Granada que gestiona el IMFE y en el que llegan a participar más de 300 personas.

Ha gestionado programas de formación para trabajadores y proyectos de intervención con la comunidad gitana y otros colectivos desfavorecidos.

Pero no solo su experiencia profesional tiene que ver con la administración, también realiza trabajos en la empresa privada. Retoma su formación en ciencias y trabaja para varias empresas del sector de las energías renovables llegando a cofundar una empresa dedicada a la energía solar fotovoltaica. Actualmente su trabajo como técnico en energías renovables para distintos programas de la Diputación aunan su experiencia con la administración y con la empresa privada.

Entre los proyectos actuales está la creación de un Consorcio Provincial de Municipios para la gestión de proyectos de energías renovables. También suele participar en jornadas y ponencias, siendo una persona de referencia en la comarca sobre este tema.

Juan Miguel Gómez se presentó como candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía en las elecciones de 1987, con Juan Hidalgo ya presente en esa candidatura. Actualmente es concejal y participa activamente en las concejalías de gobierno, especialmente en todo lo referente a formación y empleo.

02 octubre 2010

Entrevista a Juan Miguel Gómez



Bermellón (B): En líneas generales, ¿cuáles deberían ser las principales líneas de acción que guiaran la próxima legislatura de Izquierda Unida en Benalúa?

Juan Miguel Gómez (JM): La crisis que venimos sufriendo desde 2008 ha puesto en evidencia muchas cosas, y, entre ellas, una de las más importantes es la fragilidad del empleo cuando se sustenta en el oportunismo económico, es decir, en crear gigantes con pies de barro. Por ello, la formación profesional y la educación de base son los pilares que hay que reforzar actualmente para conseguir un pueblo capaz de maniobrar en las cambiantes aguas del empleo y la economía globalizada. Por otro lado, el carácter emprendedor de Benalúa en los sectores productivos ha de seguir renovándose y modernizándose, tanto en agricultura como en industria. En lo relativo a las infraestructuras y servicios municipales, Benalúa está en condiciones de consolidar un perfil de pueblo de referencia y de modelo a tener en cuenta.

B: ¿Cuál ha sido tu motivación a la hora de dar el paso para convertirte en candidato a la Alcaldía?

JM: La misma que me viene impulsando desde hace muchos años: el compromiso con Benalúa y sus gentes por ir renovando un pueblo de carácter dinámico e independiente sobre la base del esfuerzo y la iniciativa y, siempre, desde el sentido de la unidad y la cohesión social.

B: Las graves dificultades económicas de hoy recuerdan a épocas pasadas en este pueblo. Tal como sucedió hace años, el paro aumenta en todos los sectores empresariales, pero además actualmente la agricultura comercial parece cada día menos viable. Benalúa demostró que con iniciativa privada y una buena gestión de la política municipal se podía superar el trauma que supuso el cierre de la azucarera. ¿Qué argumentos tenemos hoy para relanzar la prosperidad de este pueblo?

JM: Los mismos de antes: una sociedad joven y equilibrada, llena de familias que están criando y educando a sus hijos, y que tienen claro dónde seguir haciéndolo. Nuestro pasado es el mejor referente para los retos que tenemos delante. La preparación y el esfuerzo, individuales y colectivo, nuestra confianza y experiencia en los sectores productivos del trabajo, y nuestro talante abierto y expansivo, nos seguirán ayudando a superar lo que venga.

B: Tu experiencia política creciente ha estado ligada no sólo a una concejalía, sino que también eres activo en la política provincial. ¿Podrías describirnos en qué consiste tu actividad actual en la Diputación?

JM: Mi trabajo en la Agencia de la Energía de la Diputación está centrado en el desarrollo de las energías renovables a nivel municipal. El potencial energético de nuestra provincia es muy grande. Los proyectos termosolares, eólicos y fotovoltaicos en nuestra comarca son una realidad muy conocida por muchas personas de Benalúa. A estas iniciativas, fundamentalmente de carácter privado, han de sumársele otras fomentadas desde lo público. A ello me dedico.

B: Con tus conocimientos y tu experiencia en temas de energías renovables, y teniendo en cuenta que los medios señalan siempre a ese sector como uno de los más importantes para la economía del futuro, ¿qué papel crees que puede y debe tener Benalúa en este campo?

JM: Nuestro término municipal -recordemos que no llegamos a los 8 kilómetros cuadrados- no nos permite pensar en grandes proyectos, tipo Marquesado. Sin embargo, la experiencia industrial de Benalúa nos sitúa en la mejor posición dentro de la comarca para desarrollar proyectos piloto y, sobre todo, invertir tiempo, esfuerzo y dinero en preparación y especialización profesional de nuestra gente, capacitándolos para las tareas de instalación y mantenimiento de estas instalaciones. Para ello ya contamos con el Centro de Formación en Energía Solar de reciente creación en el recinto de la Azucarera.

B: Por descontado, la juventud es un tema que siempre preocupa a la sociedad. Los jóvenes son muy vulnerables en coyunturas como las actuales. Si el trabajo juvenil era precario, la nueva reforma laboral ahonda aún más en el problema. Sin formación, y ahora incluso después de invertir muchos años en una carrera, nadie tiene garantías de poder situarse en el mercado laboral con dignidad. Por otro lado, ¿qué papel debe jugar la política en relación a los jóvenes?

JM: Desde el nivel municipal sabemos que no podemos intervenir en la estructura del mercado de trabajo al estar ésta marcada y decidida en otros niveles. Sin embargo, el "buscarse la vida" se ha convertido en una pesadilla individual que pone a las personas, y especialmente a los jóvenes, en situaciones injustas e insoportables. A nivel municipal y comunitario creo que debemos esforzarnos porque nuestros jóvenes no dejen de estudiar y prepararse, porque amplíen su cultura más allá de localismos, porque viajen, conozcan y contacten con otras realidades sociales y culturales. Sólo así tendremos posibilidades de intervenir en nuestro futuro y generar iniciativas propias. Para mí este es el reto más importante y estimulante que tenemos por delante.

B: La imagen del político en España se ha degradado, en parte debido al poder amplificador de los medios en los casos de irregularidades, y a la invisibilidad de los gestores honestos, que no son una buena fuente de titulares. ¿Cuál es tu percepción de la política municipal en España, en relación con la automómica y la nacional?

JM: Desgraciadamente, los medios de comunicación están comprados por hombres o grupos de poder. No les interesa la verdad ni el desarrollo de las personas y las sociedades desde el punto de vista de la esencialidad de la vida, sólo se preocupan por generar estados de opinión que favorezcan a sus dueños. En este contexto, la política municipal es la cenicienta de la historia, despreciada por hermanastras y madrasta. Personalmente creo que la regeneración de la política y, por ende, de la imagen del político han de venir desde abajo, desde las instancias de la política municipal, por ser estos los verdaderos costaleros que cargan con el paso. Para ello hace falta que la sociedad conozca quién es responsable de qué, y deje de acuñar frases injustas e irresponsables como "todos son iguales".

B: Durante las últimas décadas la gestión de un ayuntamiento se ha complicado enormemente, por la gran cantidad de competencias que deben asumir, mientras que el presupuesto que se les asigna no se ha incrementado en proporción.
Además, los proyectos municipales deben ajustarse a una normativa dictada desde arriba que en muchos casos determina cómo han de ser con detalle. ¿Existe margen para que un ayuntamiento pueda llevar a cabo su política con la suficiente libertad? ¿Cómo debería evolucionar la política municipal en este aspecto?


JM: Has señalado uno de los talones de Aquiles de la política municipal: "te doy poco dinero y, además de poco, te digo en qué tienes que invertirlo". Esa es la realidad pasada y presente de la gestión municipal. Se avanza, tímidamente, en la dirección de dotar a los ayuntamientos de mayor libertad presupuestaria, donde cada uno pueda decidir en cada momento en qué es mejor invertir lo nuestro. Hasta que no consigamos ese nivel no alcanzaremos la mayoría de edad como administración.

B: ¿Qué tiene Izquierda Unida que ofrecer a escala municipal, que la distinga de la política de los dos partidos mayoritarios?

JM: Quizás, lo más importante que Izquierda Unida ofrece en el nivel municipal es lo que acabo de decir. Izquierda Unida sabe que los Ayuntamientos son la infantería de la política y que quien se bate el cobre en el cuerpo a cuerpo ya es mayor de edad.

03 mayo 2010

MANIFIESTO de la Asamblea Local de IU dirigido al Pueblo de Benalúa y apoyado por el Grupo Municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento


La Asamblea Local de IU-LV-CA de Benalúa, por unanimidad y con el acuerdo y apoyo del Grupo Político Municipal de IU-LV-CA en el Ayuntamiento de Benalúa manifiesta públicamente lo siguiente:

1
Nuestro apoyo total y unánime al Alcalde, Juan Hidalgo, y a su equipo de gobierno, así como nuestro respaldo a la gestión realizada durante todos estos años. Si el alcalde era criticado al principio de la legislatura porque cobraba un sueldo como cargo público, ahora lo es porque no lo cobra. Juan hizo y está haciendo un esfuerzo encomiable al haber renunciado a su sueldo como alcalde para favorecer la Hacienda Municipal. ¿Qué alcalde ha hecho eso en estos tiempos de crisis? Eso no ha significado y no significa que no siga estando al frente del Ayuntamiento como desde el primer día y como lo estará hasta el fin de la legislatura, que quede claro. La jornada de trabajo de nuestro alcalde es doble: se gana un sueldo porque tiene que comer, y ese sueldo no sale de las arcas municipales, y, después de su jornada de trabajo, dedica otra al Ayuntamiento, con el apoyo de todo su equipo.

2
Las preguntas que los grupos municipales plantean al Alcalde en los plenos son contestadas con veracidad, tal y como queda reflejado en las actas que cualquier ciudadano o ciudadana puede consultar cuando lo desee. Manifestar otra cosa es tergiversar la verdad, hacer demagogia. Los proyectos que se están ejecutando ahora, o que se ejecutarán en el año que tenemos por delante, fueron redactados al principio de la legislatura, como debe ser. Si no se han materializado antes no ha sido por falta de esfuerzo o convicción, sino por razones que tienen más que ver con el funcionamiento de otras administraciones, en particular, de la Junta de Andalucía y del Gobierno Central.

3
A Juan Hidalgo, Alcalde de Benalúa, nuestro pueblo no solo le debe el empuje económico y social que ha hecho de Benalúa un modelo a seguir por otros municipios, sino, sobre todo, haber mantenido unos principios que son nuestros pilares éticos de acción política e institucional: la consciencia clara de que la institución, el Ayuntamiento, está al servicio de todo el pueblo y no al servicio de intereses de partido, y en base a esa consciencia, haber evitado siempre la ruptura social en el pueblo siguiendo dictados ajenos a nuestra realidad, nuestras necesidades y nuestros intereses, dictados que, en otros sitios, embarcan a pueblos enteros en batallas que solo los perjudican y que benefician a los dirigentes de los grandes partidos políticos.

4
A Izquierda Unida se le pueden reprochar muchas cosas, pero no que sea la responsable de casi 5 millones de parados en España y casi 2 millones en Andalucía, muchos de ellos en Benalúa, y de más de un millón de trabajadores y trabajadoras sin ninguna prestación en la actualidad.

5
Izquierda Unida no es la organización política que, siguiendo los dictados del capitalismo, se ha doblegado a los intereses del capital internacional. No es la organización que recorta derechos sociales y laborales rebajando pensiones y salarios y rebajando la financiación de los Ayuntamientos, la administración más débil y más necesaria a la ciudadanía.

6
Los y las militantes de Izquierda Unida han estado y estarán siempre dando la cara en manifestaciones y huelgas en defensa del verdadero socialismo, el socialismo de la clase trabajadora. Quien pueda decir lo mismo, que dé un paso al frente.

7
Izquierda Unida, con nuestro Alcalde a la cabeza del Ayuntamiento, ha mantenido con firmeza la convicción de que, incluso con todo en contra, se podía hacer una gestión eficaz, transparente y justa. Y eso es lo que ha hecho. Y el pueblo de Benalúa lo sabe.

Izquierda Unida prepara sus propuestas para la próxima legislatura


Desde hace meses, IU-LV-CA de Benalúa viene celebrando Asambleas Abiertas para la elaboración del Programa Electoral para la próxima legislatura. La elaboración participativa está abierta a las propuestas que cualquier ciudadano o ciudadana pueda hacer. Nuestro programa electoral, como el de cualquier otro municipio, se organizará en cuatro grandes ejes:

  • Municipios Sostenibles

  • Municipios Solidarios

  • Municipios Éticos

  • Municipios Igualitarios

Toda persona que se considere de izquierdas de verdad, está llamada a participar en este proceso de elaboración colectiva de nuestro programa electoral.

02 mayo 2010

IU-LV-CA llama a movilizarse contra el tijeretazo del gasto social


Zapatero ha dado un giro a su política ante la crisis: prometió no recortar el gasto social, y finalmente ha cedido a las presiones de la derecha política y económica, decidiendo ahorrarse 15.000 millones más mediante la adopción de una serie de medidas que suponen un recorte sin precedentes de los derechos sociales de los ciudadanos y ciudadanas más débiles.

El Gobierno se ha puesto de rodillas ante las presiones de los mercados financieros (los bancos y los especuladores) y de las instituciones de derechas (el gobierno europeo, el FMI, la OCDE), y ha renunciado a seguir el diálogo social con los sindicatos: ha dado la espalda a los trabajadores y los de abajo, y se ha aliado con la banca y los ricos. Se ha quitado la máscara: hace una política de derechas, le da la razón al PP, y tira por la borda la lucha sostenida durante muchos años por los sindicatos, la izquierda y la gente progresista.

IU-LV-CA de Granada rechaza este tijeretazo brutal por varias razones:

Las medidas no van a conseguir reactivar la economía y crear empleo. Al revés, van a agudizar los problemas de la crisis, pues van a empobrecer el bolsillo de una mayoría de los consumidores, y por tanto se va a contraer la capacidad de reacción de la economía real, los empresarios, sobre todo los pequeños y medianos, los autónomos, las cooperativas y sociedades laborales, que son los que crean empleo.

El FMI y la UE le han impuesto al Gobierno español esta estrategia para afrontar la crisis, porque se han decidido a refundar el capitalismo sin regular y controlar los mercados financieros desde los Gobiernos, que es lo que deberían hacer, ni frenar la especulación por ley. Es la especulación de unos pocos la que provoca la espiral de la miseria de la mayoría social:

-para pagar la deuda hay que pedir préstamos;
-para pagar los préstamos hay que reducir el déficit;
-para reducir el déficit hay que recortar el gasto público;
-para reducir el gasto público hay que bajar los salarios, las prestaciones sociales y “reformar” las jubilaciones.

Esto va a provocar un círculo vicioso: el empobrecimiento de los hogares reduce la actividad económica productiva que es la que crea empleo, y estos recortes salariales y sociales provocan la necesidad de invertir futuros ingresos públicos en paliar la situación consecuente, incrementando el déficit público, lo que a su vez hará que las agencias de calificación desconfíen de nuevo de la capacidad de pagar la deuda española, provocando nuevo pánico y crisis bursátiles, y nuevos ajustes y planes de austeridad. El recorte de hoy supondrá nuevos recortes mañana, y un retraso en la salida del túnel de la crisis.


Estas medidas dejan en entredicho la democracia, son un auténtico golpe de estado económico: Al plegarse a los intereses de los “mercados financieros” (tienen nombres y apellidos: en España se llaman Botin del Banco Santander, González del BBVA, Amancio Ortega de Inditex, las Koplowitz, Florentino Pérez, etc.), el Gobierno deja de gobernar según la decisión de los ciudadanos, que ven cómo se sustituye la política de quien ellos han votado por la de quienes ni siquiera se han presentado a las elecciones democráticas, pero que son los que realmente mandan en la sombra.

En Granada, el recorte se va a traducir en un empobrecimiento del 10% de la renta de la población granadina, pues:

-Los empleados públicos son un 20% del total de los trabajadores, y habrá en consecuencia un recorte directo del 1% de la masa salarial disponible en Granada.

-El recorte de los jubilados y pensionistas de Granada supondrá una minoración del 0’5% del dinero disponible para el consumo disponible en Granada.

-Las inversiones del Estado en Granada se recortarán 137 millones, dejando inactivas a muchas pequeñas empresas contratistas de la construcción, y en paro a sus trabajadores.

Sólo la movilización general de los perjudicados por estas medidas podrá evitarlas. Perjudicados somos todos los trabajadores. Se equivocan los trabajadores que piensen que a ellos no les afecta el recorte del salario de los empleados públicos: la negociación de sus convenios colectivos tendrán como referente el recorte de los salarios públicos, y será muy difícil evitar que la patronal no intente recortar más o menos los salarios.

IU-LV-CA apoya la Huelga de Empleados Públicos del 2 de junio. Creemos necesario acumular fuerzas para frenar los recortes de salarios y del gasto social, en defensa de la democracia que es el poder soberano de los ciudadanos frente a las presiones de los poderosos y los ricos, y por eso Izquierda Unida cree necesaria la convocatoria de una HUELGA GENERAL.

28 febrero 2010

Editorial - febrero 2010. Las dos izquierdas: evolución o revolución

José López Montes

El revuelo provocado en Benalúa a raíz del anteproyecto de la línea del AVE que podría atravesar nuestra vega, y del que nos hacemos eco en esta edición del Bermellón, hace que revivamos la profunda frustración de sentir que tenemos una democracia formal en la que la voz del pueblo ha conquistado apenas el derecho a que la dejen protestar, y donde las decisiones de auténtico calado que nos afectan a todos las toman otros en otra parte.

En la España actual en la que la vida política parece reducirse a la interminable crónica del enfrentamiento entre socialistas y populares, a modo de un eterno Barça-Madrid donde los demás no cuentan, desde Izquierda Unida queremos posicionarnos claramente para mostrar en qué se diferencia nuestro programa e ideario de otras opciones también autoproclamadas como de izquierdas.

Hemos comenzando rastreando el origen de las dos principales corrientes de la izquierda política para entender cómo se ha llegado a la situación actual de bipartidismo en la que las políticas de la derecha liberal representada por el PP y la socialdemocracia del PSOE cada vez se parecen más, y mostrando por qué desde nuestro punto de vista las políticas socialdemócratas, sobre todo en lo económico, terminan cediendo al poder del capital traicionando su declarado humanismo en tanto que a fin de cuentas defiende antes al mercado que a la persona.

Si durante unas décadas las concesiones al mercado sí han redundado en un mayor poder adquisitivo de los trabajadores a la par que en ciertas mejoras sociales, cuando el mercado entra en crisis, las políticas liberales que se hacen imprescindibles para que la máquina sigua funcionando (léase jubilación a los 67 años o facilidades para el despido) empiezan a tensar la tolerancia de los trabajadores y hacen aflorar las contradicciones de la socialdemocracia.

Tras el fracaso de los regímenes comunistas de cuño soviético en Europa, bien amplificado por los medios de comunicación, asistimos hoy al silenciado fracaso de los regímenes capitalistas, que han sumido al planeta en la mayor pobreza y desigualdad desde que la Humanidad existe como tal. Ninguno de los dos modelos han cuestionado el progreso y la idea de crecimiento. El concepto tan de moda del desarrollo sostenible sigue apoyanto la idea de que no hay otra posibilidad que crecer, por lo que es una contradicción flagrante en sus términos, que acaso esconde nuevas oportunidades de negocio para seguir alentando el consumo. Se impone una revolución en nuestra manera de entender el trabajo y la vida.

17 febrero 2010

La socialdemocracia vista desde la izquierda

José López Montes - Consejo Local de Benalúa


-[...] ¿Qué régimen político predominará en ese futuro paradisíaco?, me preguntará usted. Y yo le responderé. Una socialdemocracia muy liberal. En el caso de que no haya guerra y continuemos por la vida coexistencial, llegaremos a un serio atasco del crecimiento dentro del sistema capitalista y es posible que incluso dentro del sistema socialista. ¿Ha leído usted Comunismo sin crecimiento de Wolfgang Harich? Acaba de editarse en España pero yo lo había leído en alemán. Harich es un comunista alemán que pronostica: "Si el ritmo actual de desarrollo mundial prosigue sin alteraciones, la Humanidad desaparecerá en dos o tres generaciones." Propone un comunismo austero, es decir, un modelo de supervivencia económica frente a la tesis capitalista de crecimiento continuado y a la eurocomunista de desarrollo alternativo controlado, fiscalizado por la clase obrera y dirigido a conseguir su hegemonía como clase. Yo ya soy viejo y no viviré para verlo.

No sufro por mi estirpe. No me importa lo que pueda ocurrir. Me entristece quizá que desaparezcan esta ciudad o los paisajes que amo. ¿Ha visto usted una puesta de sol en Mikonos?

Manuel Vázquez Montalbán, Los Mares del Sur (1979)


Un poco de historia:
el origen de la socialdemocracia


Si en Alemania vio la luz la formulación de las tesis marxistas, que predecían el colapso del capitalismo y la inevitable ascensión al poder de los obreros como clase dominante, también de Alemania vinieron las principales críticas al marxismo que a la postre escindieron a la izquierda en dos grandes corrientes enfrentadas: la revolucionaria y la socialdemócrata o reformista.

En la raíz de esta división se situó el convencimiento en que el capitalismo no estaba siendo tan terrible para los obreros como se había anunciado: al contrario de lo que Marx predijo, las clases medias estaban creciendo y las condiciones de vida fueron mejorando sensiblemente. Las tesis principales de la socialdemocracia partían de la base de que era posible domesticar el capitalismo salvaje para que el crecimiento económico de las empresas arrastrara a las demás clases sociales hacia una mayor prosperidad.

El ideólogo principal de la socialdemocracia fue el socialista alemán Eduard Bernstein (1850-1932).

En su libro Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia recopiló una serie de artículos escritos desde 1896, ya desaparecido Engels, en la que reconocía que el capitalismo se sobreponía a la crisis profetizada con gran energía, y que la clase media no menguaba sino todo lo contrario. Tras este análisis Bernstein concluía que el camino al socialismo era posible a través de reformas. Es más, se refutaba la propia idea de socialismo negando que fuera un sistema político al que tender, y lo reducía a una serie de valores éticos. Por tanto se renunciaba al objetivo de la revolución y se abría la posibilidad de pactar con las clases dominantes y entrar en la vida parlamentaria para conseguir sus objetivos sociales en el marco de la democracia representativa. Estos objetivos eran sobre todo la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera. Poco antes de la Primera Guerra Mundial la división entre la izquierda comunista y la socialdemócrata se hizo patente en la desintegración de la II Internacional, y la creación de la III Internacional, que llegó al poder en Rusia en 1917.

Y esto sin tener en cuenta otras múltiples divisiones entre anarquistas, sindicalistas, y tendencias trotskystas. Esta división, junto a una creciente conciencia obrera fue un buen caldo de cultivo para el auge de los fascismos.


Los inicios del socialismo en España

Entre tanto, a principios del siglo XX la socialdemocracia española iba por otros derroteros bien distintos a la centroeuropea: El Partido Socialista Obrero Español fue fundado por Pablo Iglesias en 1879 con un ideal revolucionario. Y aún en 1910, cuando en la socialdemocracia europea el reformismo era ampliamente defendido, Pablo Iglesias mantenía que al margen de la vía parlamentaria, los objetivos y medios del socialismo iban más lejos, y seguía mante-niendo la confrontación marxista de clases:


Es cierto que aspiramos a llevar representantes de nuestras ideas al municipio, a la diputación y al parlamento, pero jamás hemos creído, ni creemos que desde allí pueda destruirse el orden burgués y establecer el orden social que nosotros defendemos.

(Pablo Iglesias,
Comentarios al programa socialista, Madrid, 1910)




El PSOE viene a buscar aquí [al Parlamento], a este cuerpo de carácter eminentemente burgués, lo que de utilidad pueda hallar, pero la totalidad de su ideal no está aquí. La totalidad ha de ser obtenida de otro modo. Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones. [...] Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S., comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al poder debemos ir hasta el atentado personal.

(Pablo Iglesias,
Diario de Sesiones del Parlamento, 7 de julio de 1910)



Sin duda las terribles desigualdades sociales existentes en la España de principios del siglo XX hacían patente la necesidad de plantear políticas verdaderamente revolucionarias. El reformismo no entraba en cuestión.
En 1920 y 1921, con Pablo Iglesias ya enfermo y cesante de sus funciones, y como consecuencia de la progresiva moderación del PSOE, se produce la escisión de dos grupos que se afiliaron a la III Internacional, el Partido Comunista Español y el Partido Comunista Obrero Español, que terminaron unidos en el Partido Comunista de España.


La edad de oro de la socialdemocracia

Tras la Segunda Guerra Mundial, en el bloque del este el comunismo soviético erradicó la socialdemocracia, mientras que en el bloque occidental la socialdemocracia demonizó al Partido Comunista y defendió las tesis keynesianas de la regulación estatal en la economía de mercado. Hubo un progreso notable de la economía occidental. Claro que ese crecimiento tenía truco: en su libro ¿Cómo pagar la guerra? (1940), Keynes no dudó en aconsejar aumentar las colonias en África para financiar el esfuerzo bélico. La ilusión de progreso ininterrumpido en Europa y Estados Unidos, y algo más tarde en Japón, empezó a chirriar en la crisis del petróleo de 1973. Desde entonces hemos asistido a periódicas crisis acompañadas de idas y venidas del aumento del paro, pero siempre hemos encontrado nuevos mercados que abrir, nuevas tecnologías que vender, nuevas guerras para renovar recursos, y sobre todo maneras más rentables de explotar. La deslocalización de la producción y la globalización de la economía impusieron el neoliberalismo y la desregulación extrema en los años 90, época en la que el Norte siguió prosperando a costa de la creación de desigualdades nunca vistas entre países ricos y pobres, y de una depredación de los recursos naturales que empezaba a ser preocupante.


La Internacional Socialista

Heredera de la II Internacional, tras la Segunda Guerra Mundial se constituyó la Internacional Socialista, que agrupa a la gran mayoría de partidos socialdemócratas del mundo. En su Declaración de Principios, adoptada en Estocolmo en 1989, podemos encontrar estos principios respecto a la gestión de la economía:


59. El socialismo democrático se fundamenta hoy en los mismos valores que le dieron origen, pero debe formularlos asimilando críticamente la experiencia pasada y con una proyección de futuro. La experiencia ha mostrado, por ejemplo, que si bien las nacionalizaciones pueden ser necesarias en ciertas circunstancias, no son en sí mismas el remedio de todos los males sociales. Igualmente, el crecimiento económico, en un contexto en el que los intereses privados eludan sus responsabilidades ecológicas y sociales, puede ser a menudo destructivo e injusto. Ni la propiedad privada ni la propiedad estatal garantizan por sí mismas la eficiencia económica o la justicia social.


Desde nuestro punto de vista, esto equivale a colocarse en un virtuoso término medio, bienintencionado, pero que deja el cumplimiento de esas declaradas "responsabilidades ecológicas y sociales" a la buena voluntad del poder económico, y renuncia a un papel verdaderamente activo a la hora de implantar con decisión políticas de justicia social, y sobre todo, renuncia a la titularidad pública de los recursos estratégicos que consideramos que deben ser de todos, como un sistema de crédito estatal, la gestión de la energía y las telecomunicaciones, etc.


62. En una sociedad así estructurada, y cuyo fin último es la igualdad de derechos económicos y sociales, el mercado puede y debe operar como una vía dinámica para promover la innovación y expresar los deseos de los consumidores. Los mercados no deben estar dominados por el poder de las grandes empresas ni ser manipulados mediante la desinformación.


De nuevo se presentan respetos al sacrosanto mercado, que "puede y debe", pero no tiene que.


63. La concentración del poder económico en pocas manos debe sustituírse por otro orden en el cual toda persona tenga derecho, en su calidad de ciudadano, trabajador y consumidor, a intervenir en la dirección y en la distribución de la producción, en la organización del proceso y las condiciones de trabajo.


Pero si, como dice el punto 59 anterior, "ni la propiedad privada ni la propiedad estatal garantizan por sí mismas la eficiencia económica o la justicia social", parece difícil imaginar a qué otro orden se refiere este punto, que no sea el que ya tenemos.


64. Una sociedad democrática debe compensar los efectos negativos incluso del más responsable de los sistemas de mercado. El Estado no puede ser tan sólo el taller de reparaciones de los daños causados por los defectos de mercado o por la aplicación incontrolada de las nuevas tecnologías. Más bien debe regular el mercado en función de los intereses sociales, y tratar de que los beneficios de la tecnología alcancen a todos los trabajadores, tanto en su experiencia laboral, como en el crecimiento de su tiempo de ocio y de sus posibilidades de un desarrollo individual con sentido.


En definitiva, las aspiraciones originales de la clase obrera de hacerse dueña de su propio destino, y de organizar y gestionar sus necesidades de la manera más conveniente para el colectivo, han quedado degradadas. Esto nos lleva a renunciar como ciudadanos a desempeñar un papel activo sobre el tipo de vida que queremos llevar, y a ser reducidos a consumidores que debemos confiar en que nuestros representantes políticos convenzan con su ética a los grandes mercaderes de que tengan algo menos de beneficios para tener nosotros la nevera algo más llena, un coche algo mejor y un entorno un poco menos destrozado. El énfasis en el aspecto "individual" de nuestro tiempo de ocio y de nuestras posibilidades de desarrollo nos suenan a desactivación de cualquier impulso colectivo de intentar cubrir nuestras necesidades al margen de ese mercado que ya nos provee de todo.
Creemos que los presupuestos del socialismo descafeinado de hoy no arrancarían de Machado las reflexiones que hizo recordando la impresión que le causó un discurso de Pablo Iglesias hacia 1889:


Al escucharle hacía yo la única honda reflexión que sobre la oratoria puede hacer un niño: la voz de Pablo Iglesias tenía para mí el timbre inconfundible de la verdad humana. Era yo un niño de trece años: [...] "Parece que es verdad lo que ese hombre dice"... Porque antes de Pablo Iglesias habían hablado otros oradores, tal vez más cultos, tal vez más enterados o de elocuencia más hábil, de los cuales sólo recuerdo que no hicieron en mí la menor impresión... Lo cierto es que las palabras de Iglesias tenían para mí una autoridad que el orador había conquistado con el fuego que en ellas ponía y que implicaban una revelación muy profunda para el alma de un niño. De todo el discurso, en el que sonaba muchas veces el nombre de Marx y el de algunos otros pensadores no menos ilustres... sacaba yo esta ingenua conclusión infantil: "El mundo en que vivo está mucho peor de lo que yo creía. Mi pobre existencia de señorito pobre reposa, al fin, sobre una injusticia".

Antonio Machado


Hace cien años Iglesias pronunció en el Parlamento estas palabras de tinte ya no comunista, sino incluso anarquista:


El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,... esta aspiración lleva consigo la supresión de la magistratura, la supresión de la iglesia, la supresión del ejército... Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones.

(Pablo Iglesias,
Diario de Sesiones del Parlamento, 5-5-1910).



Oír esto en el Parlamento sería impensable hoy día.


El socialismo global hoy

Desde la perspectiva de la izquierda que representamos, los partidos socialdemócratas renunciaron a la revolución social y a una verdadera emancipación de la clase trabajadora y apostaron por ir acercándose a la igualdad mediante políticas reformistas con la (ingenua) esperanza de ir humanizando el capitalismo y haciendo partícipe al individuo del enriquecimiento del gran empresariado. En esa dialéctica de entendimiento con el poder económico representado con la derecha, la socialdemocracia ha ido aceptando participar en políticas radicalmente opuestas al proyecto socialista tales como:

  • la privatización masiva de sectores estratégicos de la economía,
  • la participación en alianzas militares como la OTAN, al servicio de un neocolonialismo revestido de ayuda humanitaria, pero que es vital para abastecer sus economías de materias primas y energía a costa de la explotación de los recursos de los países del sur,
  • el fomento de una economía basada en la especulación y el enriquecimiento rápido, y no en la conformación de un tejido productivo equilibrado y orientado al pleno empleo y a la justicia social,
  • o, en los últimos tiempos, la flagrante recapitalización masiva de los bancos privados con dinero público al tiempo que la creciente población en paro ve cómo se emplean más medios y energía en vistosos pero raquíticos planes de empleo y márketing político antes que en el fomento de una actividad productiva real y beneficiosa para el conjunto de la sociedad.

En definitiva, la palabra socialismo se ha vaciado de contenido y, según qué partido o qué facción, puede tener significados muy distintos, cuando no incluso opuestos.


Una historia que se repite

Las acciones políticas de estos años de socialdemocracia con Zapatero guardan algunas semejanzas con el ciclo político de la etapa de Felipe González. Ambos gobiernos socialistas empezaron aprovechando el soplo de aire fresco que supone cerrar una etapa conservadora, y llevaron a cabo reformas que representaron conquistas sociales importantes (aunque derechos como el divorcio o la implantación de la Seguridad Social fueron anteriores al gobierno de González). En el caso de las legislaturas de Zapatero, la regularización parcial de los derechos de gays y lesbianas, la implantación de la Ley de Dependencia o la ampliación de los derechos de la mujer en relación a la interrupción del embarazo han sido algunas de estas reformas. Estas medidas llegan cuando su necesidad ha calado en la opinión pública, y sacarlas adelante sólo es posible con apoyo mayoritario de las fuerzas políticas. Es muy habitual que sea la izquierda más a la izquierda la que empiece levantando estas banderas impopulares e impensables para las mayorías de cada época (como fueron la reivindicación del sufragio femenino, la reducción de la jornada laboral, la necesidad de crear la educación pública), para que tras ese trabajo de punta de lanza estas nuevas ideas vayan abriéndose paso hasta llegar un día a hacerse imprescindibles y ser abrazadas hasta por los más conservadores1.

Sin embargo, la euforia ciudadana con la socialdemocracia siempre toca en hueso al llegar al tema clave: la economía. Y es que las políticas sociales tienen sin duda su coste, pero no cuesta lo mismo otorgar el derecho al matrimonio homosexual que implantar una reforma agraria o nacionalizar la energía y las telecomunicaciones. En la época de González se privatizaron total o parcialmente sectores tan de interés público como SEAT Telefónica, GESA, Endesa, Repsol, y en el caso de Zapatero, las dificultades económicas están volviendo a poner de manifiesto quién ostenta el poder real. Plantear retrasar la edad de jubilación nada menos que dos años y no pedir cuentas por los beneficios escandalosos de los que incluso hoy se jactan las grandes empresas y bancos parece que no cuadra con la tesis central de la socialdemocracia, que pretende que el beneficio del empresario repercutirá también en el obrero.

1¿Cuáles serán esas conquistas en el futuro inimaginables hoy? ¿Sufragio universal para los inmigrantes en cualquier país? ¿Penalización real de los crímenes ambientales? ¿Acceso universal a la cultura y abolición de los derechos sobre la propiedad intelectual? ¿Una nueva manera más activa y responsable de gestionar la propia muerte?


A vueltas con Marx

Con sólo mirar alrededor es casi evidente concluir que el capitalismo nos ha beneficiado a todos. Si ese "todos" incluye sólo a nuestro pueblo, nuestra región e incluso a nuestro país es innegable que las condiciones objetivas de vida son mejores que hace 60 años, cuando se inició la era dorada de la socialdemocracia en Europa. Pero si ese todos incluye al total de la humanidad, el saldo no es en absoluto positivo. En cierta manera, las desigualdades que en el siglo XIX eran sangrantes entre explotadores y explotados, y bien visibles a escala de ciudad, ahora se han globalizado, de manera que tenemos países (y hasta continentes) explotadores y explotados. Quizá el análisis de Bernstein de la predicción de Marx de la crisis del capital adoleció de miopía, pues no consideró que ya en su época la prosperidad de Europa llevaba siglos basada en la expoliación sistemática y la ruina de América y África.

No obstante, y aún con la evidencia de que el número de compradores de automóviles no puede crecer ad infinitum, la economía de mercado tiene todavía mucho combustible que quemar (nuevos mercados en Asia y África), y nuevos motores para funcionar (la nuevas guerras no declaradas para la conquista de las fuentes de energía en Afganistán, Irak, media África, etc., la depredación de los recursos naturales aún existentes, o las nuevas masas de obreros en China e India). Con estos impulsos quizá aún mantengamos la ilusión de progreso en occidente un par de generaciones más, cuando en breve el capitalismo haya vuelto a renacer de nuestras cenizas.


Nuestra apuesta

Con las contradicciones que la participación en el parlamentarismo siempre ha planteado a la izquierda, el rol que Izquierda Unida pretende asumir dentro del juego político difiere de la izquierda socialdemócrata en un aspecto esencial:

La opción que representamos aspira históricamente a la transformación de la sociedad, con el punto de mira puesto en garantizar los Derechos Humanos de cada individuo y en una ética que llegue más allá del bienestar individual basado en la satisfacción material y el acceso al consumo. Y dada la capacidad finita de nuestro planeta, creemos firmemente que la lógica del capitalismo, que solo puede sostenerse creciendo, únicamente puede conseguirse con un verdadero cambio de paradigma, empezando por la cobertura de las necesidades básicas de cada ciudadano usando el mínimo de energía, buscando la eficiencia en la gestión de los recursos naturales y tecnológicos que reconocemos como propiedad de todos. Creemos que la única política que puede llevar a este cambio de modelo es la que se enfrente a los mercaderes para recobrar la propiedad y la gestión de todo aquello que es nuestro y que es vital para nuestra vida en sociedad. Pero un cambio social de este calado no puede protagonizarlo una clase política al margen de la masa social. Sólo estaremos en condiciones de conseguir una sociedad más justa cuando cada ciudadano tome consciencia de que tiene que tomar parte activa en esta transformación, y no acepte limitarse a delegar su poder cada cuatro años en una clase dirigente más interesada en mantener sus privilegios y prebendas de interlocutores con el poder real que en cambiar las cosas. Y en este sentido estamos mucho más lejos que hace cien años. Por esto pensamos que, antes que en el Parlamento, el trabajo político de verdad está en la calle y en el corazón y las mentes de cada vecino.

01 febrero 2010

La Tercera República, tema de la charla que ofreció Julio Anguita en Guadix


La charla fue organizada por la Asamblea de Izquierda Unida en Guadix, y tuvo lugar en el Patio del Ayuntamiento el pasado 22 de enero.

Julio Anguita planteó esta charla abierta al debate poniendo sobre la mesa su visión de la Tercera República Española, tema sobre el que está preparando un libro. De la densa disertación podemos extraer algunas de sus ideas fundamentales:
  • La desaparición de la Monarquía y de la figura del Rey no pasaría de ser un hecho puramente formal de la consitución de una República. El modelo republicano debe ir mucho más allá de esta cuestión.
  • La Tercera República debería ir pareja a una serie de valores que podrían resumirse en el pleno cumplimiento de los Derechos Humanos, por otra parte, ya hace muchos años ratificados por el es-tado español, pero que lejos están de ver su cumplimiento efectivo.
  • El Ejército debería ser recon-vertido en una institución para la defensa de la ciudadanía y la intervención en emergencias graves y desastres naturales, pero desmar-cado de la OTAN y de la intervención en guerras como la de Afganistán, justificadas como "misiones de paz".
  • La Tercera República debe ser un proyecto progresista. Muchos países republicanos tienen de hecho polí-ticas conservadoras. Anguita expuso la posibilidad de una Tercera Repú-blica alumbrada por la derecha, por lo que el republicanismo en sí mismo, hoy abanderado por la izquierda, no tiene por qué suponer necesariamente una realización de izquierdas.
  • La República sólo será posible cuando existan suficientes republi-canos, por lo que debe caer por su propio peso y no podrá ser impuesta "por decreto".

El turno de preguntas se prolongó por largo espacio de tiempo. El acto terminó con una cena con Julio en el Hotel Carmen.

 


bermellon
Revista de la Asamblea Local de Izquierda Unida de Benalúa

Creative Commons License

iu